Desde antes de su aprobación se ha hecho fuerte debate, sobre los beneficios que tiene, si los controles se podrán realizar correctamente y sobre si se acabaría con el consumo de cigarros o si se iba a disparar el contrabando.
En nuestro país, la mayoría de población no fuma, pero muchos se veían afectados directamente por las personas que si lo hacían. En grupo de personas, podía haber solo una fumando, que ya iba afectar a todos los demás, los cuales eran considerados como fumadores pasivos.
Por esta razón y por la gran cantidad de muertes anuales que provocaba el fumado, es que se trabajó desde hace varios años en la aprobación de esta ley, con el fin de proteger la salud publica de las personas que no compartian el vicio.
Los costarricenses tienen sus diferentes puntos de vista, unos a favor y otros en contra, pero todo hace indicar que fumar en sitios públicos y vender cigarros sueltos, entre otras medidas, deberán respetarse y cumplirse según esta ley, que no se esfuma de las críticas.